martes, 3 de julio de 2012

La estética según Baumgarten. La tradición estética alemana


La cuestión sobre el arte y la belleza es tan antigua como la filosofía misma, considerando las reflexiones de Homero, Hesiodo y Pindaro sobre los dones y el arte del poeta. En La tradición estética alemana Kai Hammermeister expone que entre los paradigmas de la estética se debe citar a Immanuel Kant (1724-1804) como un punto de partida para elaborar reflexiones o disensos; sin embargo, es preciso acudir a la estética pre-kantiana aunque no haya implicado una ruptura con el sistema filosófico dominante. Alexander Baumgarten (1714-1762) introdujo una propuesta para considerar a la estética como una nueva disciplina por sí misma, y lo hizo para salir del límite de la metafísica tradicional y consolidarla como un racionalismo y un viraje crítico.

En 1735, el joven Baumgarten publicó sus Meditationes philosophicae de non ullis ad poema pertinentibus (Meditaciones filosóficas sobre ciertos requerimientos del poema) identificó a la estética como una teoría de la sensibilidad. Es decir, por primera vez en la historia de la filosofía la estética se consideró como una disciplina filosófica independiente. Esta reflexión está lejana a nuestro entendimiento de la estética como una investigación filosófica del arte y una teoría de lo bello, lo sublime, lo grotesco y la fealdad. La estética de Baumgarten se refiere a una teoría de la sensibilidad, como una facultad gnoseológica; es decir, una facultad que produce cierto tipo de conocimiento. 

La estética es entendida muy literalmente como una defensa de la relevancia de la percepción sensorial. Es decir, se originó como un sustento de lo sensible, y no como una teoría del arte. No obstante, sin una adecuada valoración de los sentidos y los objetos, el arte no podría aspirar a tener una dignidad filosófica y habría permanecido con un estatus ontológico menor a la que había sido orillada por la metafísica. Hammermeister señala que la estética de Baumgarten y la de Mendelssohn pueden ser estimadas y comprendida como un reclamo o demanda epistemológica para la percepción sensorial.

A mitad del siglo XVIII, Baumgarten comenzó a proclamar que la estética era una nueva disciplina filosófica.


martes, 19 de junio de 2012

El Arte de Damien Hirts

La obra de este controvertido artista británico nos permitirá reflexionar sobre los conceptos de posmodernidad y simulacro durante nuestra clase. De tal modo, les publico algunas imágenes que dan cuenta de la obra de Damien Hirts.





martes, 12 de junio de 2012

La posmodernidad y su relación con el mundo de la imagen

¿Qué tiene que ver el universo de las imágenes con el concepto a veces ambiguo y complejo de la posmodernidad? ¿Desde qué disciplinas podríamos vincular ambos conceptos? En la sociedad actual, donde la imagen ha cobrado una primacía y se ha desligado de su carácter mítico religioso, es imperativo tratar de respondernos estas preguntas.

kurt schwitters

En primer lugar debemos abordar el significado del concepto posmodernidad. Si atendemos al prefijo resulta que la posmodernidad se entendería como un paso superior de la llamada modernidad, es decir, lo que viene tras esa etapa, una etapa "superior" y distinta. De tal modo, la posmodernidad vendría siendo esa etapa donde se critican los dogmas del ciclo histórico que le precedió y se cuestionan nociones tales como sociedad, individuo, cultura, entre otros. En la obra La era del vacío, Gilles Lipovetsky afirmó en su momento que la noción de posmodernidad no era del todo clara. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de posmodernidad? ¿Agotamiento de una cultura hedonista y vanguardista o surgimiento de una nueva fuerza renovadora? ¿Decadencia de una época...? ¿Continuidad renovada de la trama modernista...? ¿Peripecia en la historia del arte...?

Si bien el mismo autor no niega que el concepto de posmodernismo se puede circunscribir a un marco regional, estético, epistemológico o cultural, éste debe designar algo más amplio, "una escala del todo social". Es decir, Lipovetsky afirma que su objetivo es "izar el posmodernismo a un rango de hipótesis global que describe el paso lento y complejo a un nuevo tipo de sociedad, de cultura y de individuo que nace del propio seno y en la prolongación de la era moderna...".

Para este autor, el capitalismo vive desde hace más de un siglo una crisis cultural profunda de rupturas y discontinuidades, de negación a la tradición y del culto al cambio, de rebeliones -en ocasiones violentas- contra el orden establecido. "El modernismo no se contenta con la producción de variaciones estilísticas y temas inéditos, quiere romper con la continuidad que nos liga al pasado, instituir obras absolutamente nuevas...<<es una especie de autodestrucción creadora... el arte moderno no es sólo el hijo de la edad crítica, sino el crítico de sí mismo>>...".

kurt schwitters

Asimismo, "la posmodernidad podría comprenderse como el advenimiento de una cultura extremista que lleva <<la lógica del modernismo hasta sus límites más extremos>>".

En Los tiempos hipermodernos, el mismo Lipovetsky reconoce que la llamada modernidad no ha finalizado, pese a que a finales de los años setenta, se introdujo el polémico concepto del posmodernismo. "El periodo posmoderno señalaba el advenimiento de una temporalidad social inédita caracterizada por la primacía del aqui y el ahora".

Ahora bien, ligada a la cultura, la idea de la posmodernidad nos remite al consumo masivo, a un individuo hedonista que busca la realización personal, y que vive sometido y acosado por un mundo de imágenes, de información, de datos; asimismo nos entrega la visión de un individuo atomizado  y desocializado".

"El hombre moderno está abierto a las novedades, apto para cambiar sin resistencia de modo de vida, se ha vuelto cinético: El consumo de masa significaba que se aceptaba en el importante ámbito del modo de vida, la idea del cambio social y de la transformación personal. Con el universo de los objetos, de la publicidad  de los mass media, la vida cotidiana y el individuo ya no tienen un peso propio, han sido incorporados al proceso de la moda y de la obsolescencia acelerada: la realización definitiva del individuo coincide con su desubstancialización, con la emergencia de individuos aislados y vacilantes, vacíos y reciclables ante la continua variación de los modelos".

Con relación a este universo de imágenes en el cual nos desenvolvemos actualmente, es importante reconocer el hecho de que la imagen se haya desacralizado, se haya masificado y por lo tanto convertido en objeto banal de libre intercambio, que forma parte de los juegos de la cultura hedonista. Muchas de las imágenes han perdido su carácter místico para formar parte de las cosas sin sustancia. Siguiendo a Walter Benjamin se podría afirmar que la imagen ha extraviado su aura... como objeto de consumo cotidiano es sustituible de manera permanente, de tal modo, pocas son las imágenes de la tradición que trascienden. Como artefacto cultural, la imagen no sólo tiene ese carácter masivo, sino además es etérea o líquida, según el autor que se aborde.

En este universo virtual de millones de datos y palabras, la imagen se diluye, se consume y se desecha. Nada permanece. Los grandes relatos que se construyeron a través de imágenes mentales, verbales y luego icónicas son apenas nada en el mundo de la imagen del consumo masivo y hedonista. Este es un tema que debe estudiarse más a profundidad y al cual volveremos...

martes, 8 de mayo de 2012

Imagen, rito, símbolo, tabú icónico

En el capítulo La batalla de las imágenes, Roman Gubern afirma que a pesar de la importancia y el protagonismo que las imágenes han cobrado en nuestra cultura, el ser humano lleva tan sólo poco más de 30 mil años fabricando esta suerte de discurso visual, que no ha estado exento de polémicas y discusiones.



En algunos periodos históricos, la creación de imágenes ha sido estimada como una suerte de peligro para la humanidad. La creación de eidolons -que de acuerdo a los libros sagrados nos podría conducir a la idolatría de pinturas, esculturas o cualquier tipo de imagen, por encima de la divinidad- representa el primer tabú sobre la elaboración de las imágenes. El llamado tabú icónico.

Tras la histórica batalla de Bizancio que sostuvieron iconoclastas e iconófilos, la iglesia aceptó el uso de éstas para la doctrina y el rito religioso. Gubern nos indica que fue Toribio de Benavente, compañero de Hernán Cortés y fundador de la primera misión de su orden religiosa en México, quien expuso en sus memoriales las funciones que se le atribuían a las imágenes:

1) sustitutos afectivos
2) apoyo del recuerdo
3) instrumento de dominación política al servicio de la adoración a distancia
4) cebo engañoso cuando el virtuosismo del artista produce copias más bellas y elegantes que su modelo.

Los tabúes icónicos no son exclusivos de la historia antigua o de culturas primitivas. Están presentes en el mundo contemporáneo. Reflexionemos sobre estas restricciones en el ámbito familiar, grupal, institucional.