martes, 25 de octubre de 2011

La imagen prohibida

Alain Besancon observa que "en el Antiguo Testamento se entrelazan dos temas: la prohibición absoluta de las imágenes y la afirmación de que existen imágenes de Dios". Y aunque estas líneas pudiera resultar contradictorias, Besancon indica que es en el mismo texto bíblico donde aparece la prohibición de las imágenes...



No te harás imagen, ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra [...] No te inclinarás ante ellas ni las honrarás...

Es decir, en el mismo texto se subraya que Dios es celoso y no tolera que su pueblo "tenga otros dioses delante de é", y por tanto prohíbe sus imágenes y su culto. "Y así proscribe toda representación, ya sea de lo que está en el cielo -los dioses- o de lo que está en la tierra".

Sin embargo, el autor afirma que apenas se selló esa especie de alianza con Dios, el pueblo la rompió al pedir dioses por delante para adorarlos. Pero ello no representa una especie de traición, sino que el pueblo sólo quería poseer una imagen que hiciera visible a Dios, y de tal modo, comprenderlo. Es decir, el pueblo no había cambiado de Dios, sino que sólo quería una manifestación visible. Mas Dios lo que deseaba era evitar la idolatría (eidolon).