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miércoles, 26 de enero de 2011

Sobre el bisonte y la realidad virtual. Frente a la escena.




En el texto Del Bisote a la realidad virtual, escrito por Roman Gubern, se nos presenta un panorama sobre la relación que hemos sostenido con las imágenes, como productos culturales. El texto es un análisis de la evolución histórica de la imagen, y va desde los conceptos griegos hasta abarcar la llamada imagen virtual.
Del primer capítulo, intitulado Frente a la Escena, destacamos que de acuerdo a este autor, las industrias culturales transnacionales están tratando de imponer una especie de "uniformización estética e ideológica planetaria". Es decir, el gusto por algunas imágenes, y esto habría que subrayarlo tal cual lo hace Gubern, se nos impone desde esos centros de producción visual y cultural, que han logrado penetrar el imaginario colectivo de casi todo el mundo. La estética y la música pop se imponen desde el centro a las periferias.
Asimismo, el autor indica que esta profusión de imágenes en tercera dimensión, imágenes virtuales podrían hacer que nuestras primeras ima´genes bidimensionales parezcan insuficientes o bien aburridas.
El llamado hiperrealismo y la realidad virtual nos están entregando aparentemente copias fidelísimas de la realidad . Y esto constituye, de acuerdo a Gubern, el engaño de los sentidos, el engaño a la inteligencia.
"Se quiere hacer creer al observador colocado ante la imagen que está en realidad ante su referente y no ante la copia".
Sin embargo, el espectador debe ser muy consciente de que se encuentra ante un simulacro, ante una copia muy bien hecha que intenta persuadir nuestros sentidos. Hoy en día podemos apreciar este tipo de imágenes de manera frecuente en algunos museos, como es el caso del Papalote, en su pantalla IMAX y su domo digital, que entretienen a la gente además de otorgarles ciertas experiencias que las generaciones pasados no tuvieron. Este tipo de imagen, fascinantes e inquietantes se ven en distintos escenarios, no sólo como el mencionado, sino en aquellos relacionados a las pulsiones sexuales, a lo lúdico, en el caso de loss videojuegos, a lo científico, en el caso de varias disciplinas, como la arquología y la medicina.
En algunos casos, este tipo de imagen se torna críptica e incomprensible para muchas personas, por lo que Gubern no duda en calificarla de imagen laberinto, es decir, "aquella que no dice lo que muestra o lo que aparenta, pues ha nacido de una voluntad de ocultación, de conceptualidad o de criptosimbolismo".
Sobre la evolución del concepto imagen, Gubern indica que en el antiguo Latín, la palabra Imago se utilizaba esta palabra para hablar lo mismo de imagen, sombra y alma. Y la palabra griega Eidos, significaba a la vez idea (proyecto o modelo) y apariencia (como imagen u objeto) que es el origen etimológico de idolatría, idolomanía y de las imágenes eidéticas.
Del gesto de la doncella de Corinto, que pinta la silueta de su amado para conservar la imagen ante la ausencia, tenemos ya la presencia de lo virtual, o como diría Philippe Quéau, lo que está en potencia de ser. Gubern afirma que las leyendas sobre la pintura, fundamentaron la crítica de Platón hacia las representaciones visuales por estimarlas como un engaño a los sentidos, crítica que el filósofo griego detalló en la Alegoría de la Caverna, de la cual hablaremos más adelante.
Otro de los temas que aborda el catedrático e investigador español, es el de las pulsiones escópicas e icónicas, sobre las que dice que una responde a ese irresistible apetito de los seres humanos por ver, y refuerza su dicho con la alegoría bíblica de la mujer de Lot. Ver, mirar, nos causa miedo, pero también, y en muchas ocasiones fascinación. Somos "glotones ópticos" que caemos en los extremos de la iconomanía, de la iconofilia o idolomanía.
Y sobre la llamada Pulsión Icónica, el autor agrega que ésta es todavía un grado más elevado de formalización cognitiva en la cual vemos formas figurativas en los perfiles aleatorios de las nubes, estrellas o puntos luminosos. "La pulsión icónica revela la tendencia natural del hombre a imponer orden y sentido a sus percepciones mediante proyecciones imaginarias".

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La imagen pornográfica

  El Origen del Mundo, de Gustave Courbet (1865-1866)

De acuerdo a Roman Gubern, la imagen pornográfica es la representación icónica del falo en erección y de las prácticas sexuales, lo cual ya se daba en la antigua Grecia y en la Roma paganas. La reproducción visual del falo y las prácticas sexuales se dio de manera generosa en la cultura hindú. De hecho, se puede considerar que las imágenes más antiguas donde se representan actos sexuales se encuentran en algunos templos hinduístas como el de Khajuraho.  En el templo de Kandariya Mahadeva, que se estima fue terminado a mediados del siglo XI, se pueden observar estatuas de amantes cargados de un sofisticado erotismo. Las esculturas en este templo son delgadas y esbeltas, y muestran la variedad más rica de ninfas en posturas animadas.





"A diferencia de la pornografía escrita, que permie imaginar, o mejor, que activa la imaginación del lector, la pornografía icónica bloquea la imaginación del voyeur, sujeto a la imposición de lo imaginado y antes visualizado por otro. Pero las artes de la imagen son por naturaleza altamente funcionales para la gratificación pornográfica, ya que el carácter analítico del encuare permite operar una selección óptica de las zonas visualmente más erógenas, mientras que la selectividad analítica del montaje permite guiar con los mismos criterios la mirada del espectador... Por eso, si la fruición del espectáculo cinematográfico se basa por definición en el vouyerismo, la fruición y la adición al género pornográfico constituye el ejemplo más modélico de iconomanía, iconofilia, idolomanía o iconolagnia.".
Ètant donnes. Autor: Marcel Duchamp

Podemos apreciar que esas representaciones no se consideraban prohibidas ni pecaminosas en algunas culturas, sin embargo, en otras eran consideradas como prohibidas, y todo ello dependía de los valores morales de cada sociedad ; asimismo esos valores cambiaban de acuerdo a la época.

Al citar a Alan Soble, Gubern indica que la pornografía es un género masculino,  ya que la pornografía de las mujeres se halla en el sentimentalismo de las novelas y de los melodramas radiofónicos y televisivos, debido a la psicosexualidad holística de las mujeres. Por otra parte, también se habla de un carácter didáctico de la pornografía al considerarla como una escuela de técnicas eróticas, fuente de gratificación hedonista y para personas física y socialmente marginadas."La gente disfruta viendo a otra gente hacer bien aquello que a ellas les gusta hacer...".

“La meta de la pornografía reside en la edificación de un imaginario que dinamite selectivamente ciertos tabúes sociosexuales, el imaginario del cine porno no sadomasoquista ha liberado al imaginario cinematográfico de la violación de la mujer, ya que en este género la mujer suele hallarse en perenne y entusiasta estado de disponibilidad sexual lo que evacua automáticamente el fantasma d ela violación”. (Gubern, 2005. P. 17)

Tal como afirma Gubern, la pornografía no sólo es visual, sino verbal o escrita, y ésta lleva a la creación de imágenes mentales por parte del lector o el escucha. Agrega que la pornografía icónica bloquea la imaginación del Voyeur, sujeto a la imposibilidad de lo imaginado.

La industria pornográfica se desarrolló para estimular la sexualidad masculina, ya que éste se tiene una mayor excitación erótica por medio de lo visual, y por el contrario, la mujer es más sensible al rito, a la verbalizad y la tactilidad. La hipersensibilidad erótica del hombre mediante lo visual lo convierte en destinatario de los estímulos porno…