viernes, 24 de enero de 2020

Iconología, iconografía. El estudio de las imágenes













En el ámbito de la historia del arte se entiende a la iconografía y a la iconología como métodos para estudiar las imágenes. El vocablo iconografía deriva del griego y su etimología abarca los términos imagen, figura, representación; así como escritura, composición, registro. Ha significado la clasificación y descripción de las imágenes.

La iconografía es entendida como una disciplina que nos permite conocer el contenido de una representación en virtud de sus caracteres específicos y su relación con determinadas fuentes literarias. En la introducción del libro La ciencia de las imágenes, editado por la Universidad Iberoamericana, se afirma que fue a finales del siglo XVI cuando el humanista Francisco de Medina describió la pintura como la representación de las imágenes en los cuerpos; esos eran, naturales del pensamiento y consideración del alma. Los cuerpos eran formados por la imaginación mediante otro tipo de imágenes. Habría que recobrar la idea de Kant sobre la imaginación como una facultad y el aporte de W. J. T. Mitchell sobre el concepto de imagen mental para entender el pensamiento de Medina.

Dos siglos más tarde, los pintores y tratadistas harían de los jeroglíficos y los emblemas, junto con las imágenes de ángeles y otras visiones, un vocabulario para vincular el discurso iconográfico con la estética y sobre todo con la moral. Los sueños y las alegorías emblemáticas se tradujeron en signos plásticos y literarios inteligibles, como en el caso de la Iconología de Cesare Ripa. 




  




La Iconología de Cesare Ripa (1593) es una obra de figuraciones morales que hacía patente las dos disposiciones naturales que facultaban a Ripa como un emblemista en ciernes. A estas virtudes del intelecto debían sumarse el mérito propio de la erudición histórica (conseguida por largos estudios bíblicos, profanos y mitológicos).1 Césare Ripa emprendió el camino de la moralidad visual mediante su obra en la que las imágenes contienen implicaciones simbólicas.

Las figuras de su Iconología cayeron bien en el terreno de lo moral, lo sacro y lo político en la corte y en la iglesia.“ Con préstamos de distintas y antiguas tradiciones figurativas, tals como la medallística, la numismática, la criptografía y la mnemotecnia, Ripa tuvo el tino de sistematizar sus personificaciones moralizadas… La Iconología era entonces una nueva rama del pensamiento que tenía como estatuto, la descripción de diversas imágenes tomadas de la antigüedad [pero sobre todo de la propia invención].

En su obra, utilizó a las imágenes como estructura discursiva para personificar atributos y características de los vicios, virtudes, humores y temperamentos, hábitos y pasiones. Es decir, ilustraban el comentario que se escribía debajo de la imagen. En la segunda mitad del siglo XVIII, distintas ediciones de esta iconología adquirieron un sentido moralizante y sus imágenes se transformaron para enmarcar al personaje en una escena que colaboraba en la narrativa. 
Otro ejemplo de iconología –entendida como un tratado de imágenes acompañadas de un texto explicativo, es el Tratado de Gravelot y Cochin (1791) que circuló ampliamente en Francia. Son a decir de María de Carmen Alberú, documentos legados por el quehacer artístico que nos adentran a la cosmovisión y cultura de quienes los produjeron. 



1. Jaime Cuadriello, La iconología y el caballero Cesare Ripa, en La ciencia de las imágenes, México, UIA, 1995.


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